02 Feb El Síndrome de la isla: Top 10 de las cosas más “porculeras” que te encontrarás en Malta
Para concluir el ciclo informativo de las cosas NO tan buenas que te vas a encontrar en Malta, hoy trataremos las 10 cosas más “porculeras” de la isla.
1.- Los mosquitos -> “Tampoco será para tanto que en España también hay mosquitos y no pasa na”… ya, sí… estooo… ¡¡¡te vas a cagar!!! Aquí los mosquitos son peor que Falete comiendo caracoles en un buffet libre, no se hartan de chuparte la sangre. Llega a tal punto la irá y el afán de venganza que generas contra esta especie, que el 80% de las casas tienen marcas de zapatillazos hasta en el techo, que sí… cuando ves que le has dado te genera una sensación de satisfacción momentánea que ni Robin Hood dándole a la manzana, pero luego a los 5 minutos andas pensando ya en cómo vas a tapar el asesinato para no palmar el depósito que has dejado para el piso.
2.- Las cucarachas -> otro fantástico animal al que no le encontrarás razón de existencia y que te encontrarás muy a menudo en verano por estas tierras. Ya depende de tu valor si las esquivas al encontrarlas por la acera o no, pero ver una del tamaño del móvil que se te viene encima en pleno vuelo… eso ya no lo aguanta ni Chuck Norris. Luego está la mierda esa que te dicen que si las pisas, te llevas los huevos a casa y te salen hasta por debajo de la cama, así que por si acaso… acabarás andando por la calle como Jack Nicholson en “Mejor imposible”.
3.- Los fuegos artificiales -> qué boniiiiiiitos son los fuegos artificiales… pero por la noche, ¡¡¡coñooo!!! La venganza maltesa a nuestra ruidosa, festiva y trasnochadora vida, es la pólvora. El primer día que te despiertan los cohetes a las 8:00 de la mañana, piensas: “qué divertido… a ver si pasa la charanga” y hasta te asomas al balcón como un gilipo… para ver si hay algo de animación callejera, pero a partir del 5º día te estás cagando ya en los chinos por inventar la pólvora y en los bizantinos por traerla a Europa.
4.- Las campanas -> una de las cosas que más llaman la atención en Malta es la cantidad de iglesias que hay, casi una por cada día del año (359 para ser más exactos). Tú lees esto y piensas: “¡¡¡qué jartón de ver iglesias me voy a pegar!!! ¡¡¡Ni tiempo me va a dar de aburrirme!!!”. Efectivamente no, tiempo no te va a faltar… pero ganas de echar abajo el campanario de enfrente de tu casa tampoco. Qué les gusta a los malteses dar campanadas a lo loco y a cualquier hora del día. ¿¿Y cuándo suenan más y mejor?? Cómo no, en tu día libre o cuando estás de resaca (que además suelen coincidir).
5.- El gas -> con el gas se genera un odio especial en dos situaciones: 1ª) Cuando tienes gas y 2ª) cuando no tienes gas. Cuando tienes gas, lo que odias es a ese pedazo de butanero tocando la bocina del camión a las 7:30 am como que Malta hubiese ganado el Mundial y cuando no tienes, porque siempre se te acabará el día después de que haya pasado el cabr… del butanero pitando a muerte (y sólo pasa un día a la semana). Si no has sido previsor y sólo tienes una bombona en casa, o bien te tocará ir con la bombona en procesión por las tiendas del barrio (hasta “gas hunters” he visto yo en el autobús deambulando en busca de la bombona perdida después de 4 días sin gas en casa) o hacerte la pasta y el arroz en la kettle (alias hervidor de agua) hasta que el pobre bicho no de para más, claro (hay auntentic@s especialistas en “la cocina a la kettle” en Malta pero no diré nombres 😀 ).
6.- Los cortes -> por desgracia algo que suele pasar en Malta son los cortes en los servicios. Casi con toda seguridad en pleno verano, habrá al menos un día que se te vaya el agua o la luz o te quedes sin internet y ya si no estás de suerte, ¡¡¡hasta se te pueden ir las tres cosas a la vez!!! Ahí es cuando te ves a medio camino entre el pánico y la furia porque en la isla casi prefieres que te corten un brazo que quedarte sin internet, además ese día tienes la batería justa en el móvil y acabas de venir de la compra tirando de tu carro-maleta cargada a tope. En ese momento te das cuenta de que… todo funciona con luz!!! Así que hasta haces guardia en la puerta del frigorífico para que nadie lo abra antes de que vuelva y mientras, te imaginas comiéndote todo lo que hay dentro de la nevera porque se va a poner malo. Qué estrés.
7.- La cuestas -> en un primer momento no se asocia el tema cuestas con isla y mar, pero salvo que te pases la vida de un lado a otro del paseo marítimo, en Malta te tendrás que enfrentar a unas cuantas cuestas en tu ir y venir diario. Hasta ir a hacer la compra se convierte en un deporte exigente, pero hay una cuesta mítica que odiarás especialmente: la cuesta de Paceville. Pensar en irte a casa desde el cualquier garito de la zona da más pereza que irte a Cirkewwa en bus. Necesitas un estado de concentración y determinación máxima para evitar escalones, promotores a diestro y siniestro, uno que pota, el otro que te habla en swahili sin conocerte, abrazos de los amiguetes que te vas encontrado por el camino y un sinfín de flyers de chupitos gratis y 2×1 en jarras, que no se sabe muy bien por qué pero que vas atesorando everywhere para un por si acaso. Hay gente que tiene en casa más cupones de descuentos que apuntes de inglés, pero esa es otra historia que trataremos el día que hablemos de las leyendas urbanas de Malta.
8.- El maltés -> el maltés es un idioma complicado y tendrás una relación amor-odio desde que pongas el pie en la isla. Al principio como que te hace gracia y tratas de aprender alguna cosilla para decirle a tu family que ya sabes decir buenos días, gracias, cómo estás y esas cosas, pero a la que te pongas a trabajar y tus compis locales se pongan a hablar maltés entre ellos, te empezará a entrar un odio interno que no veas, porque claro, no te enteras de nada y tú has venido a mejorar tu inglés. Con tus compis españoles hablarás en español como si nada, pero te joderá horrores que ellos hablen en su lengua y como tu inglés nivel indio te da para lo justo (sí, ese de “yo entender entiendo, pero me cuesta un poco hablar” que también trataremos otro día), cuando te quieres meter en la conversación en inglés… tampoco puedes seguirles. Eso sí: siempre te quedará el “Mela”. Mela-pela, mela-nzas el pan, mela-pido, mela-mento, mela, mela, mela… a la semana de estar en Malta ya dirás “Mela” 15 veces al día e irás añadiendo otros clásico como Al Madonna, uweja, etc.
9.- Ir al médico -> ese momento de saber que tienes que ir al médico… es complicado. Por un lado estás malo y por tanto no es el mejor día para demostrar tu inglés y luego tienes que explicarle al de la entrada que quieres cita y ya cuando te ponen delante del médico… explicarle qué es lo que te pasa. Aquello parece más una partida de Pictionary que una consulta y cuando crees que ya te ha entendido, te toca poner cara de chino concentrado para entender la mitad de lo que te está diciendo el buen hombre. Pero la cosa no acaba ahí, porque luego para rematar te toca ir a la farmacia a pedir lo que te ha mandado y claro… a sacar el Pictionary otra vez. Lo bueno es que cuando llegan las Navidades en España y todos quieren jugar contigo porque vuelves de Malta con un nivel de gesticulación y garabatos nivel Dios.
10.- Las obras -> ya os hemos comentado lo que les pone madrugar en la isla, así que aquí madruga el frutero, madruga el tendero y como no… el albañil también madruga. Esa radial mañanera que se enciende antes de las 8, acompañada de una buena maza… no tiene perdón de Dios. Y si de eso haces un mix y juntas la radial, con los cohetes, las campanas, el butanero celebrando el Mundial y los mosquitos sacándote de to… OLEEEE, OLEEEEE Y OLEEEEEEEEE!!!! Esas suelen ser las mañanas en las que piensas eso de “quién me mandaría a mi venir a Malta”, pero luego enseguida te das una vuelta, ves el mar y se te pasa, don’t worry.
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